Y yo, sin saber casi nada sobre arquitectura, siento su muerte porque su obra estuvo muy presente en mi infancia.
Fueron muchos los domingos en los que jugué, corrí, disfruté, reí y sentí la fuerza del verde en medio de la gran urbe gracias al parque Ibirapuera:
A veces, cuando íbamos al edificio Italia, pasábamos cerca del COPAN y a mí me hacía gracia la forma sinuosa y juguetona de este edificio:
En la escuela, tuve que dibujar esta fachada de Brasilia muchas veces. No terminaba de entender bien el significado de esta nueva capital de Brasil, pero me gustaban sus curvas:
Y ahora, tras la muerte de este hombre que amaba las curvas y la justicia, se me agranda la nostalgia.
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