‘Vivir plenamente hacia lo interior igual que hacia lo exterior, no sacrificar nada de la realidad externa en beneficio de la interna y viceversa.’
(Etty Hillesum)

Estiramientos y estiramientos

Intento ponerme en la piel de esas personas que, cansadas de estirar sus escasos recursos, optaron por estirar el espacio de alguna patera.
Algunas de estas personas han probado suerte en un peñón español y ahora sufren el desaliento de volver a un ejercicio que, cuando no hay por donde estirar, tiende a la esterilidad.
Ejercicio que han puesto en práctica muchas mujeres de este país en este mes de septiembre estirando lo que da de sí cada compresa, educando a sus hijas e hijos para que estiren al máximo cada lápiz y cada hoja de papel, haciendo malabarismos para estirar la cesta de la compra, estirando su capacidad de cuidar a personas que dependen de ellas para poder salir adelante, estirando sus fuerzas y su salud.
Mientras tanto, gran parte del profesorado respira hondo intentando estirar su luz para que ésta llegue a un número más elevado de alumnas y alumnos, las y los 'sin papeles' estiran su capacidad de vivir con un papel menos, los y las indigentes estiran lo que encuentran en la basura, las personas enfermas estiran sus fuerzas para poder sobrevivir.

Junto a esto, tras estirar el número de personas desempleadas, a la caja de la seguridad social le cuesta estirarse con solo dos personas dadas de alta por cada persona jubilada y, ante esta situación, pretenderán estirar nuestro tiempo de dedicación al ámbito laboral, en un círculo vicioso.

Y, del mismo modo que Garoña busca el modo de poder estirar su tiempo de funcionamiento, Ryanair estira el combustible y hace, cada cierto tiempo, aterrizajes de urgencia, estirando la capacidad de contención del pasaje.

Por cierto, hoy nos visita Merkel, seguro que nos impondrá más estiramientos, aunque no nos dirá nada sobre cómo vivir con los dedos cruzados por el miedo de que se rompa alguna cuerda.

1 comentario:

Morgana dijo...

Publícalo en prensa, en serio te lo digo. Magnífico texto, magnífica crítica.

Un abrazo!