‘Vivir plenamente hacia lo interior igual que hacia lo exterior, no sacrificar nada de la realidad externa en beneficio de la interna y viceversa.’
(Etty Hillesum)

desiertos...

La Gomera arde...
Los tentáculos del desierto se extienden.
El ardor nos recuerda la pérdida de algo profundo.
Los montes están huérfanos de manos que limpian sus rastrojos.

El capitalismo salvaje sigue prendiéndose en los rastrojos que encuentra.
Parece que a nadie se le ocurrió limpiarlos a tiempo.
Y, en este desorden simbólico de gran calado, temo que siga extendiéndose el desierto.

Aquí sigo en Lanzarote.
Un isla que enseña la belleza de lo ínfimo cuando agarra sus raíces en el desierto.
Y, cuando baja la marea, nace la sal.
Me gusta pensar que es la sal de la vida.

1 comentario:

Carmen dijo...

Gracias por poner poesía y verdad sobre una realidad que es tan dura, un abrazo, Carmen