Este domingo participé, junto a Pepe, en la manifestación para, entre otras cosas, pedir que los familiares de quienes fueron asesinadas o asesinados durante la guerra civil y la dictadura puedan enterrar y velar a sus muertos en paz.
Cuando esta marcha estuvo a punto de terminar, nos acercamos a la Puerta del Sol porque sabíamos que la marea verde volvía a concentrarse allí.
Aunque llegamos tarde, nos encontramos con la asamblea que el 15-M había convocado para hablar sobre la criminalización que se está dando a quienes nos reunimos en las plazas y parques de esta ciudad.
Al cabo de un rato, decidimos movernos y nos topamos con una cadena humana contra el paro que, desde la Puerta del Sol, se dirigía al Congreso de los Diputados.
Me sorprendió la confluencia de tantas iniciativas.
Cada una de ellas trajo consigo un color distinto.
Cada una de ellas dio cuenta de lo que sucede en una parte de este crudo invierno europeo.
Pensé que si las diferentes iniciativas que existen se relacionaran más entre sí y entrelazaran más a menudo sus colores, podríamos crear un arcoiris capaz de iluminar la complejidad de lo que está sucediendo.
4 comentarios:
Precioso arcoiris el que imaginas.
besitos
Pronto no nos dejaran pasear de colores...la cúpula policial ha sido sustituida en masa.
quizá los colores también se entrecruzan, también hay más gente que va de un lado a otro y está en muchas partes, porque todo está impregnado de una misma lógica. Mientras siga habiendo ganas de crear en común, el invierno no nos congelará por mucho que hiele, con el calorcito de nuestros cuerpos. besos
Alson, creo que si hay deseo y creatividad, encontraremos el modo de entrecruzar nuestros colores a pesar de la violencia policial e institucional. Tenemos mil ejemplos a lo largo de nuestra historia.
Pepe, gracias por la imagen del calorcito que dan los cuerpos.
Besos, Graciela.
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