Estos días de verano he disfrutado viendo la belleza de los cuerpos que se bañan, disfrutan, juegan o toman el sol.
Es tanta la emoción que siento al verlos que me duele, con más fuerza aún que en otros momentos del año, la presión tan fuerte que existe para reducir el valor de nuestros cuerpos a unas medidas y formas muy concretas.
Reducir su valor y belleza de ese modo es dejar de lado todo lo que somos capaces de expresar y sentir. Es un modo también de que las diferencias dejen de tener presencia.
Mientras pensaba en todo esto, me acordé de esta foto de Lisette Model que, tal como van las cosas, es sumamente trasgresora.
1 comentario:
qué preciosidad de foto, gracias por tus palabras.
besitos
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