‘Vivir plenamente hacia lo interior igual que hacia lo exterior, no sacrificar nada de la realidad externa en beneficio de la interna y viceversa.’
(Etty Hillesum)

Cuidarse del cuidado

Alguien está mal y la gente, para no molestar, no le llama ni le va a visitar y, a veces, ni siquiera le pregunta si necesita ayuda.
Alguien está mal y, para no molestar, no llama ni pide ayuda.
Alguien está mal y hay una persona que decide ayudarle. Para ello, hace lo que cree que le puede venir bien. Y se enfada porque 'alguien' no agradece lo que en realidad no necesita.
Alguien está mal y hay una persona que se ofrece para lo que necesite. 'Alguien' se lo agradece, pero sigue sin tener la certeza de que no va a molestar.
¿Reconoceis esto que os cuento?

¿Y todo esto es en realidad por no molestar?
¿O es una dificultad para enfrentarnos a las propias necesidades, a la relación, al ejercicio del cuidado, a la vida con sus imprevistos?
¿O es tal vez una forma rosa de entender la vida, donde cualquier molestia estorba?
¿O quizás es solo una forma enrevesada de cuidarse del cuidar?
Soledad, recelo, descuido... que van calando como si se tratara de algo normal y, cuando el cuidarse o el cuidar se impone, la desorientación está servida...

Pues eso, a veces la vida se nos presenta con llagas y dolores.
Todo un reto.
Molestarse en cuidar, molestarse en cuidarse, molestarse en pedir, molestarse en escuchar y acoger.
Más dificil todavía, molestarse en cuidarse mientras se cuida, en medir las propias fuerzas, en respirar.

¿Cómo hacerlo cuando no hay costumbre de mirar a la culpa a la cara y colocarla en un sitio en el que no estorbe tanto?
¿Cómo hacerlo cuando, con tantos paños calientes, no nos decimos la verdad?
¿Cómo hacerlo cuando en vez de una tribu nos encontramos con la demoledora atomización?

Me despido por unas semanas de vosotras y vosotros.
Con ganas de aprender de este reto y con un poco de inquietud, estaré cuidando a mi madre y, en la medida de la que soy capaz, cuidándome.

5 comentarios:

arponauta dijo...

cuánta razón, Graciela. ando yo estos días verbalizándome que necesito ser cuidada, que lo necesito de verdad. y por supuesto sin pedir ayuda ni aceptarla :-(
ay...

un abrazo. gracias, como siempre.

Lenteja dijo...

Gran lección la que te espera. Suerte en esta travesía.
Besos.Lenteja

Patricia Torres Cañada dijo...

Ay, Graciela,

¿por qué haremos estas cosas?....

Un beso grande grande y muchos pensamientos confusos y cobfundidos

Guille dijo...

que dificil
ay mira tanta gaita aveces digo y que facil tambien oye!

Anónimo dijo...

Hola Gra, vengo de estar 10 días cuidando a mi abuela y he pensado mucho en tí y en esta entrada que, por suerte ,leí antes de irme..Te echo de menos. Te mando muchos besos.
tati