‘Vivir plenamente hacia lo interior igual que hacia lo exterior, no sacrificar nada de la realidad externa en beneficio de la interna y viceversa.’
(Etty Hillesum)

Locura

Hasta hace bien poco, no había pensado seriamente en el significado de la palabra locura ni de lo que ésta supone para quien la sufre.
Desde una visión romanticista de la enfermedad mental, no terminaba de entender el significado profundo de esa desconexión total y absoluta de la realidad que sucede sin que medie la consciencia ni la elección.
Por no hablar de la desorientación, el miedo o el dolor que conlleva este conjunto de enfermedades que, unido a la invisibilidad, discriminación y violencia que son objeto en nuestra sociedad, da lugar a un cóctel muy difícil de sostener.

Pero, en realidad, no es de la locura de lo que quiero hablar.
Lo que en realidad me tiene asombrada es la ligereza y frecuencia con la que he usado la palabra locura para referirme a distintas situaciones que no entiendo, no comparto o me dan miedo.
He usado la palabra locura para hablar de esa política económica que nos asfixia o de la pasividad ante el deterioro de nuestro planeta.
Pero ahora, cuando me he acercado más a la experiencia de la locura, ya no quiero usar dicha palabra para hablar de este tipo de prácticas y situaciones.
No querer ver no es lo mismo que no poder hacerlo, la falta absoluta de empatía no es lo mismo que la incapacidad para entrar en contacto con lo que nos rodea, la maldad no es lo mismo que verse invadido o invadida por alucinaciones.
No, no quiero usar esta palabra para hablar de lo que no es locura porque no quiero quitar ni una pizca de responsabilidad a quien elige no ver, no pensar, desligarse de su entorno, beneficiarse a costa de la vida de las y los demás, etc.
Tampoco quiero llamarme loca porque no quiero desresponsabilizarme de mi propia vida.

Soy consciente de que no he hablado de la etiqueta 'locura' como arma de poder...
Quizás otro día...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Caramba...que sorpresa y que curiosidad..
Dices que ahora, cuando te has acercado más a la experiencia de la locura ya no quieres usar esa palabra como la has usado hasta ahora.
Me intriga saber cómo te has acercado a la experiencia de la locura. Si te refieres a alguna de las enfermedades mentales graves existentes...De las que no se eligen y que nada tienen que ver con los cocientes intelectuales ni con la capacidad de razonar ni crear...pero que matan a tantos enfermos..
Como enfermo mental(adicción/alcoholismo), con una de las enfermedades mentales más graves que existen, tan estigmatizada(hablando de maldad los alcohólicos/adictos somos los enfermos mentales más demonizados de la historia reciente), desconocida(a pesar de que está reconocida como enfermedad desde el año 53 y de que a nivel neuronal se conoce más de la adicción que de la propia esquizofrenia)Me toca mucho lo que escribes por razones obvias y espero pronto pasar este rubicon nuevo en mi tratamiento y sentarme contigo a tomarme un té y si tu quieres, aportarte en primerísima persona algo sobre la enfermedad mental en este momento tan loco...
quizá la clave es tener claro cuando se escoge utilizar las palabra enfermedad y cuando hablamos de locura....
Lo de maldad..mira..no se
G