En un bar, un grupo de trabajadores hablan de la situación de los mineros con enfado. El hecho de que existan actividades subvencionadas por el Estado les parece una privilegio intolerable.
Una amiga me habla enfadada contra el funcionariado poniéndome como ejemplo a una señora que le atendió mal en una ventanilla. Y así, ella toma la parte por el todo para justificar el recorte salarial de quienes trabajan en la función pública.
Mientras tanto, Cospedal dice que el Estado no puede ser una agencia de colocación, poniendo la guinda que faltaba al pastel de este discurso nada inocente.
...
Discursos que nos invitan a creer que no nos queda otro camino que destruir todo lo común.
Discursos que permiten un disciplinamiento hipercapitalista a favor de la especulación y el sálvese quien pueda.
Hace unos días hubo una amnistía fiscal de unas dimensiones que da vértigo y ayer, junto al tremendo hachazo, se ha rebajado un punto la cotización de la seguridad social a las empresas.
¿Cómo se explica esto?
No es de extrañar que, cuando a la gente se le haya olvidado estos datos, nos digan que las arcas que permiten pagar nuestras pensiones se han vaciado por culpa del funcionariado, de las personas enfermas, de quienes viven en el umbral de la pobreza y de quienes, por mucho que buscan, no encuentran empleo.
Mientras tanto, el festín especulatorio y el adoctrinamiento capitalista sigue.
Y un NO muy grande se ha instalado en mis entrañas.
3 comentarios:
Gracias Graciela. Qué gustito ver expresado, con tanta claridad, el sentir de muchos... Ese NO enquistado...
Ángeles desde Lanzarote
NO, NO, NO a lo que no puede ser, no quiero, a lo que no me da la gana, a lo no es justo, a lo no tiene ni una pizca de inocente, a lo que otra me dice que es que no y yo confío en ella, No es no,
¡gracias Graciela! y besos
NO, digo yo también!
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