El domingo pasado estuve con una amiga que hacía mucho tiempo que no veía.
Nos preguntamos por cómo nos estaba afectando la rapiña económica que campa por los aires.
Ambas, a pesar de trabajar por cuenta propia, estamos capeando el temporal. A las dos nos tiembla el cuerpo cada cierto tiempo ante la incertidumbre. A ella y a mí nos duele tanta violencia.
Hablamos de la necesidad, del deseo y del amor.
Caminamos con la palabra amor pegada en el paladar.
Y, de pronto, como si se tratara de una película italiana, nos topamos con el concierto de dos mujeres pianistas que interpretabron piezas de Albéniz. y sones cubanos al aire libre. Nos miramos emocionadas.
Ella se quedó con la música.
Yo me fui a casa con el aliento del amor y la emoción de la belleza.
Y aquí sigo, con temblor...
4 comentarios:
precioso, gracias por compartirlo.
besitos
El amor es algo que nadie nos puede arrebatar...aún.
preciosa tu escritura de temblores y de amores, gabriela
me voy a creta a caminar entre delfines que nadan en paredes como si el mar no existiera
un beso,felices vacaciones, juan
que bonito ese paseo que describes y lo inesperado que puede ocurrir en una charla y lo que sucede alrededor. Me gusta recordar que la belleza, el amor y la emoción están ahí a pesar de la miseria y la violencia, que no le permiten que se expanda más en cada persona y en el mundo
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