Ayer, en el encuentro mensual con uno de los grupos del seminario 'lo personal es político', se me hizo evidente algo que ya sabía, pero que ahora ha cobrado una dimensión más profunda para mí.
Estar viva implica, entre otras cosas, ser mortal y también ser susceptible a la enfermedad.
Si la muerte y la enfermedad se presentan como un tabú o como un simple espectáculo televisivo desligado de la experiencia real y concreta, se da una exclusión social de estas dos experiencias tan fundamentales para cualquier ser humano.
Pero la cosa no acaba aquí, esta exclusión social nos lleva a excluir también a las personas enfermas y moribundas, a mirarlas de reojo, a darlas por conocidas, a tener miedo de escucharlas.
Y, más profundamente, nos lleva a excluir todo esto de nuestra propia vida, o sea, nos lleva a tener grandes dificultades para acoger, mirar, convivir y aceptar nuestros machaques, dolencias y finitud.
Parece una cuestión lógica, pero es en realidad una cuestión vital porque vivir de espaldas a la muerte y a la enfermedad es, de algún modo, vivir de espaldas a la grandeza de la vida.
Por todo ello te invito, me invito, a conversar sobre lo que sabemos, vivimos y sentimos en relación a la muerte y la enfermedad para que ese silencio atronador deje de tener tanta presencia y para que las palabras que decimos sobre estas cuestiones no se queden solas, sin interlocución.
¿Qué te sugiere esta invitación?
4 comentarios:
Pues esta invitacion me sugiere paz, civilización y entrega a la realidad. Desde ahí, desde un deseo grande de estar en paz conmigo, con mi cuerpo...Con mi ser mortal...
Un ver lo que hay en este existir en el mundo ,con este cuerpo que llora y suda sabiendose el "sagrado" que no es nada diferente a lo que soy yo mismo....
Graciela, tu sugerencia me revoluciona y me inquieta y a la vez me trae un "descasa en PAZ" apegagado a los latidos de mi corazón y al ritmo de mi respiración....Dandome cuenta de como entra en mi cuerpo el oxigeno fresquito y sale mas caliente...
Esta invitación a la escucha y al intercambio sobre la enfermedad, el dolor y la muerte es el regalo más vitalista que puede haber...
Y manos a la obra
Acabo de llegar del gimnasio (quien lo diria...) y unos hombres bulgaros y marroquies estan arreglando el tejado de mi casa..son mas brutos que un "arao"...Pero al verlos ahí subidos arreglando las tajas rotas y las maltrechas bajas de agua he tenido un sentimiento de perplejidad o parecido al que has compartido en algunas ocasiones sobre los hombres que trabajaban en las obras de la M30 a tu vuelta del hospital hace tiempo....
Mi perplejidad y admiración se ha ensombrecido un poco por el temor...Me he percatado que ninguno lleva casco, ni arnés de sujección , ni guantes...Mientras tendia la ropa se lo he comentado a uno de ellos y se ha reido a carcajadas..
: (
Graciela, gracias por la oportunidad que nos abriste ayer, y por volver a darnosla, me suguere ir compartiendo, poniendo palabras a lo que siento, escuchar de verdad, aprender a hacerlo.... Una fortuna.
besitos y también para ti, Guille.
yo me apunto!!! hablemos, hablemos, hablemos... de todo lo que nos pasa y no contamos a nadie.
Un abrazo!
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