‘Vivir plenamente hacia lo interior igual que hacia lo exterior, no sacrificar nada de la realidad externa en beneficio de la interna y viceversa.’
(Etty Hillesum)

La doctrina del shock

Mucho de lo que está pasando me recuerda a lo expuesto por Naomi Klein en su libro 'La doctrina del Shock'.
Sus palabras me han permitido vivir con mayor consciencia la complejidad de este momento histórico que a menudo me abruma, entender con mayor profundidad las estrategias del capitalismo, sentir a flor de piel la necesidad de cuidar lo valioso que ya tenemos y de crear conjuntamente nuevos horizontes para que no sea el shock el que nos guíe.

Estos son algunos párrafos de este libro:

'Durante más de tres décadas, Friedman y sus poderosos seguidores habían perfeccionado precisamente la misma estrategia: esperar a que se produjera una crisis de primer orden o estado de shock, y luego vender al mejor postor los pedazos de la red estatal a los agentes privados mientras los ciudadanos aún se recuperaban del trauma, para rápidamente lograr que las "reformas" fueran permanentes.'

(...)
'Los traumáticos episodios que "prepararon el terreno" no siempre han sido de carácter abiertamente violento. En los años ochenta, en Latinoamérica y África, las crisis a causa de las deudas forzaban a los países a "privatizarse o morir", como dijo un ex funcionario del FMI. Devorados por la hiperinflación, y demasiado endeudados como para negarse a las exigencias que venían de la mano de los préstamos extranjeros, los gobiernos aceptaban los "tratamientos de choque" creyendo en la promesa de que les salvarían de mayores desastres.'

(...)
'Los creyentes de la doctrina del shock están convencidos de que solamente una gran ruptura - como una inundación, una guerra o un ataque terrorista - puede generar el tipo de tapiz en blanco, limpio y amplio que ansían. En esos periodos maleables, cuando no tenemos el norte psicológico y estamos físicamente exiliados de nuestros hogares, los artistas de los real sumergen sus manos en la materia dócil y dan principio a su labor de remodelación del mundo.

Pero, como ella misma dice, el shock se gasta y hay gente que no se deja avasallar por él.

1 comentario:

orlanda dijo...

¡Qué interesante! No conocía este libro. Gracias por traerlo aquí.

un besito