‘Vivir plenamente hacia lo interior igual que hacia lo exterior, no sacrificar nada de la realidad externa en beneficio de la interna y viceversa.’
(Etty Hillesum)

Cerebro y vida

Hace unos días, una amiga me contó que podemos fortalecer y prevenir el deterioro del cerebro con el aprendizaje, los retos cotidianos y el cambio de tareas y/o de rutinas.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando mantenemos activa la curiosidad, cuando creamos o cuando viajamos (no solo en el sentido literal del término, sino también cuando pasamos por cualquier espacio como si fuera la primera vez, o sea, con los sentimos muy despiertos y anclados en el presente).

Hace unas semanas inicié un taller sobre el sentido de la vida.
Lo primero que hicimos en ese espacio fue compartir experiencias en las que habíamos sentido el palpitar de la vida en toda su plenitud..
Entre las experiencias compartidas, destacaron las relacionadas con ese tipo de aprendizaje que amplía nuestro horizonte vital, con la creatividad y con los viajes.

Y así, de pronto, uniendo ambas conversaciones, empiezo a intuir que el mejor modo de cuidar nuestro cerebro es dar sentido a nuestras vidas.
O lo que es lo mismo, la mejor manera de mantener vivo el cerebro es hacer de la vida un acto creativo.

Seguiré indagando...

1 comentario:

Patricia Torres Cañada dijo...

Me ha gustado mucho este descubrimiento tuyo.... Gracias por traerlo, con ese olor a Lanzarote.

besitos