‘Vivir plenamente hacia lo interior igual que hacia lo exterior, no sacrificar nada de la realidad externa en beneficio de la interna y viceversa.’
(Etty Hillesum)

violencias...

Hace tanto calor y todo parece tan relajado que las neuronas parecen detenerse.
Así, como si se tratara de una alucinación, escucho hablar sobre el hambre de Somalia, la volatilidad de los mercados y la gente que ha salido por las calles de Londres con afán destructor.
Pero el cuerpo sabe que no se trata de alucinaciones. El cuerpo me recuerda el dolor que siento.
Cuando hablan de Londres, hablan de violencia. Hablan también de la necesidad de educar bien a su juventud para erradicar tanta agresividad desatada.
Y me salen las lágrimas porque cuando hablan de Somalia o de la especulación de los mercados no hablan de violencia. Parece como si quisieran que nos acostumbremos a esa violencia descarnada que está desatada en demasiados rincones de este planeta.
Así, con una sutileza dificilmente detectable cuando el bochorno nos adormece, se da el visto bueno a la ley del más fuerte y, a la vez, se extrañan que de pronto haya mucha gente que haya optado por seguir su lógica en los diferentes barrios de Londres.
¿Que quieren decir cuando dicen educar?

En fin... Buscaré aire fresco en la orilla del mar.
Y quizás, con la cabeza más fresca, podré hacer cuentas con mi propia violencia.

1 comentario:

Patricia Torres Cañada dijo...

¡qué lucidez!, parece que tus neuronas no están adormecidas, ni tampoco tu sensibilidad.

Disfruta mucho allen de los mares.

besitos