‘Vivir plenamente hacia lo interior igual que hacia lo exterior, no sacrificar nada de la realidad externa en beneficio de la interna y viceversa.’
(Etty Hillesum)

Madurez

Tengo 47 años. Tengo, por tanto, un cuerpo maduro.

Cuando pienso en ello, me entra un temblor especial.
Me veo haciendo luto por todo lo que fui y ya no soy, y, a la vez, llenándome de un chute de vida nuevo y sorprendente.

De pronto, siento que mi historia tiene poso y tiene frutos.
Siento, además, que esa historia que soy es un lugar lleno de hilos diversos y consistentes de los que tirar para aprender, para seguir creando.
Lo que me lleva a tener a mi propia experiencia como una gran maestra.

Mi cuerpo ya no es joven.
Sus formas, en contra de lo que pensaba que iba a ocurrir, me gustan, me generan ternura y respeto.
Mi ritmo y mis fuerzas son otras. Vivo las cosas más despacio y, en ocasiones, con una intensidad más profunda que me era desconocida.
Me gusta esta nueva forma de vivir y, a la vez, no puedo evitar sentir envidia por la energía que desprenden los cuerpos jóvenes.

Hago cuentas, no solo con el pasado o con el presente, también con el tiempo que me queda.
Me sale no desgastar mi tiempo con relaciones, proyectos o actividades insustanciales.
Parece que voy aprendiendo qué es la chicha de la vida.
Poco a poco, voy dibujando un presente continuo.


Y así me presento al mundo: con ese cuerpo que soy ahora, con los frutos que voy recogiendo, con las ceremonias de mis pequeños lutos, con una fuerte disposición a vivir.

Un hilo fundamental es ese que me permite escuchar el deseo, la creatividad, la pasión, la vida.
Un hilo que me ayuda vivir mi edad y todo lo que ésta trae consigo sin encasillarme en ideas prefijadas de lo que es estar cerca de la cincuentena.
Ojalá que este hilo no se rompa nunca.
En este sentido, ver a mujeres mayores que se han mantenido abiertas a la imprevisibilidad de la vida me hace respirar con más hondura.

Aquí os traigo un gran referente para mí.
Ella es María Bethânia, su cuerpo maduro está requetevivo cuando da rienda suelta a su voz madura.

9 comentarios:

Patricia Torres Cañada dijo...

qué placer leerte.

besitos

la vida té vida pròpia - Sònia Moll Gamboa dijo...

Tus reflexiones me llegan muy hondo. Gracias.

Laura dijo...

cuánta paz desprenden tus palabras! yo a los 32 empiezo a sentir que voy perdiendo energía, pero ganando en serenidad. al principio me inquietaba, pero ahora me gusta y me alegra saber que la pérdida se convierte en ganancia. muchas gracias.

Anónimo dijo...

Me gusta, Graciela. Me gusta lo que dices y las palabras que elijes. gracias! Carmen

Anónimo dijo...

perdón, quería decir eliges (hoy tengo un día trastocado, aunque no iba tan desencaminada porque "elijar" significa "Cocer una ÷sustancia para extraer su jugo o para otra cosa" y me parece que los años y la experiencia tiene que ver con esto)
Besossss

Anónimo dijo...

que errata tan bonita carmen!
Gra, me toca mucho lo que dices de no malgastar tu tiempo, y tu energía, ahora ambas más limitadas en proyectos o relaciones insustanciales..Espero que así puedas seguir disfrutando de la belleza de tu cosecha que ya es una realidad..
Gracias por escribir y compartir tanto..A tu ritmo maduro y disfrutón felizmente contagioso...
besin

ANTONIO dijo...

GRACIELA, tus palabras son bellas, por sinceras y auténticas. Tengo 54 años y he vivido el proceso de la misma manera que tú. Aceptar tu cuerpo desde lo vivido, disfrutar de él, mirara desde el respeto las señales que el tiempo, ese inexorable, nos va dejando. Las arrugas de la tristeza, de los abandonos, de las ausencias que cada vez aumentan en número y también las arrugas de la felicidad, de lo amororoso, de la solidaridad, de las pasiones vividas, de las ternuras disfrazadas, de las sorpresas que la vida siempre nos depara. Y... lo mejor aún, es que todo esto nos va a seguir pasando. No hay mejor bastón, ni mejor sostén que el respeto por lo qu euno es y por lo que son los demás. Siempre desde la certeza de que todos siempre hacemos las cosas lo mejor que sabemos hacerla. Un beso y muchas gracias por tus bellas palabras.
Antonio

ANTONIO dijo...

fe de errata
donde dice de las ternuras disfrazadas... queria decir de las ternuras disfrutadas.

Disculpen.

Anónimo dijo...

"Presente continuo", una frase para no olvidar. (Otra madurita)