Manel Fontdevilla |
Después, escuché estas palabras de Juan Torres en esta entrevista que, de algún modo, han aliviado mi tristeza porque, a través de ellas, me he sentido menos extraña y he podido comprobar que aún quedan personas dispuestas a seguir desvelando la lógica que opera tras este tipo de acuerdos, aunque ello signifique nadar contracorriente.
Todo ello me hizo acordarme de este texto de Sandra Ezquerra que leí hace unos días.
Aunque está escrito en primera persona, nos acerca las entrañas de mucha gente joven que, del mismo modo que ella, está viendo como se aminora, con cada nueva reforma, su posibilidad de vivir con suficientes medios y recursos y sienten el resuello del miedo en los poros de su piel.
Es un texto que, no sólo me ha impactado por la experiencia que cuenta, sino que me ha hecho pensar sobre mi necesidad de hacerme dueña de mi propio miedo.
Lo que quiero decir es que me ha venido bien recordar que, en vez de dejarme arrastrar por la lógica del miedo o, por el contrario, en vez de negarlo o temerlo, puedo mirarlo, escuchar qué me dice sobre mis necesidades más vitales, etc.
Sandra termina su texto con la pretensión de convertir su miedo en rabia.
Yo quisiera ir más allá, quisiera adueñarme también de mi rabia, para poder usarla, escucharla y aprender de lo que me dice, sin dejar que ella decida por mí, sin dejar tampoco que el miedo decida por mí.
1 comentario:
Gracias por tu reflexión y por ese último párrafo, que más allá, que apuesta por la creatividad y la responsabilidad.
besitos
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