‘Vivir plenamente hacia lo interior igual que hacia lo exterior, no sacrificar nada de la realidad externa en beneficio de la interna y viceversa.’
(Etty Hillesum)

La liberación no garantiza la libertad.

Tener tiempo, dinero, un cuarto propio, derechos, recursos, me libera, me hace más fácil la vida, me allana el camino para hacer lo que quiero hacer.
Aunque no siempre es así. En ocasiones, cuando logro algunas de estas cosas, lo que me encuentro es con una especie de espejo que me devuelve un gran vacío. Por ejemplo, a veces añoro tener más tiempo y, cuando por fin lo tengo, no sé bien qué hacer con él y me entra una especie de tedio.
Esto es así porque, como ya dije antes, este tipo de cosas liberan, pero no dan libertad.
La libertad, como dijo Luisa Muraro  “(...) existe cuando una se conoce interiormente y se da a conocer en el mundo (...) Se vuelve así del revés el orden de las cosas: en la primera concepción, la libertad procede de los derechos y de los medios; nosotras, en cambio, afirmamos que solo la libertad permite disfrutar de los derechos y de los medios.”
La libertad, por tanto, tiene que ver con el deseo, con esa energía que nos pone en movimiento y que busca el modo de salir a la luz en el contexto concreto en el que nos toca vivir, un contexto que no siempre es facilitador de caminos imprevistos y creativos.
Para una mujer que quiera hablar, tener derecho a hacerlo es liberador, ya que el camino para decir lo que quiere decir será más corto y más llano. Ahora bien, ningún derecho le hará saber qué quiere decir. Por el contrario, si el deseo de hablar es fuerte, podrá buscar el modo de hacerlo, aunque le falte el derecho.
Traigo esta reflexión aquí porque creo que a menudo caemos en la ilusión de que la liberación nos trae la libertad.Y también porque veo mucha apatía y falta de creatividad por pensar que sin liberación no es posible poner en juego la libertad.

2 comentarios:

orlanda dijo...

En qué poquitas palabras dices tanto, qué maravilla. Qué afortunada soy pudiendo leerte.

besitos

Guille dijo...

ese espejo que devuelve como un tedio extraño cuando tienes todo eso que te libera...ESo me pasa a mi tambien a veces.En la historia de las mujeres esta claro...tener derecho a hablar no garantiza tener algo que decir o si hay algo que decir tampoco garantiza que los demás te escuchen o esten abiertos a eso que dices...
Oye Graciela me da muchisima luz la ultima frase..POnerse a crear desde el deseo fuerte de que eso esté en el mundo limpia apatias o postergaciones...a mi me pasa..Lo de la liberacion es como una excusa para no ser libre que veo clara en la imagen del "querer tiempo, tenerlo un dia y no saber que hacer"...Gracias por pensar y por escribirlo