Cuando veo esta campaña no puedo evitar hacerme dos preguntas:
¿Qué han hecho quienes presentan tarjeta roja para que ni el ejercicio ni el padecimiento de la violencia conformen sus vidas?
¿Qué les ha llevado a poner el acento contra los maltratadores en vez de contra el maltrato?
Dejar estos interrogantes abiertos me hace imaginar otra campaña más profunda y compleja, quizás más eficaz...
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